viernes, 9 de septiembre de 2011

Romero Britto



Originario del Brazil Romero Britto es un atista neo-pop, pintor, serigrafista y escultor. Combina elementos del cubismo estereotipado, el arte pop y la pintura de graffiti en su trabajo.
Animales alegres y coloridos, artilugios geométricos y mucha energía dominan toda la obra de Britto.  Nacido en una familia humilde de Recife, desde muy chico Britto improvisó esculturas y dibujos con los materiales que tuvo a mano. Su inspiración viene de Picasso, Matisse y el graffiti.


Sus anuncios publicitarios aparecieron también en importante revistas de los Estados Unidos y fueron vistos por miles de personas.

Fue convocado también por empresas de renombre como Grand Manier, Pepsi cola, Disney e IBM, entre otras firmas interesadas en la cultura popular.
A lo largo de los años Romero Britto ha dedicado su talento, su arte y sus energías a muchas causas filantrópicas colaborando con reconocidas organizaciones en varios países.
Algunas de sus esculturas, basadas en sus originales pinturas.

Ahora, veamos estas creaciónes de Britto sobre automoviles, que muestran por toda la carrocería colores alegres que según el artista representa la vida.


Mari Paz Jaramillo


María de la Paz Jaramillo nació en Manizales en 1948 y estudió artes en la Universidad de los Andes entre 1968 y 1973. Dice María de La Paz Jaramillo que Cali es, en su vida, una suerte de lugar de formación definitiva. Como en todas las historias, y en todas las vidas, la geografía que Maripaz traía en el alma, en 1976, al llegar a la capital del Valle, era una combinación de escuela -estudió en la Universidad de los Andes y en Inglaterra-, vida -se dedicó arduamente a trabajar temas sociales en el taller del italiano Giangrandi- y amor; llegó a la Sultana en compañía de su esposo, el arquitecto Benjamín Barney.

 


Pintora dedicada, recuerda que sus cuadros en ese entonces tenían una carga de tonos planos, rojos sobre blancos, negros sobre rojos, que eran parte de una búsqueda iniciada en Bogotá, en pleno centro de la ciudad por donde divagaban los margínales que ella ya hacía el tema de sus pinturas.En un taller ubicado en " la avenida Belalcázar, a la orilla del río y a la altura del barrio El Peñón', como lo recuerda Juan Gustavo Cobo Borda, María de la Paz Jaramíllo haría extensiva y definitiva esa búsqueda que había iniciado con las prostitutas en Bogotá. Cali en los setenta. "El lugar no podía ser más adecuado", recuerda ella, con sus ojos abriéndose y cerrándose como dos estelas de luz. "Caminaba todas las mañanas, desde la primera vez que llegué hasta el Museo La Tertulia, un epicentro que iría definiendo mi camino".



Entre la agitada actividad de una ciudad que contaba con referentes ya consagrados en el teatro como el caso del Teatro Experimental de Calí (TEC) y Enrique Buenaventura; pintores como Luis Tejada o Pedro Alcántara, y búsquedas en diferentes frentes, como las del cine y el grupo de Andrés Caícedo, Luis Ospína o Carlos Mayolo; el del psicoanálisis con Estanislao Zuleta; o el de la obra gráfica con un asidero determinante en el fotorrealismo y la memorable Documenta del 68, María de la Paz encontraría enun grupo conformado por Ever Astudillo, Óscar Muñoz y el fotógrafo Fernell Franco un espacio definitivo para iniciar una de sus famosas series: la de la salsa."Los lunes eran de Honka Monka, los martes del Séptimo Cielo, los miércoles de El Escondite y los jueves de El Abuelo Pachanguero y así cada día de encuentro que pasaba entre El Café de los Turcos y los bailaderos iba conformando en mí una idea determinante de lo que quería pintar. Las parejas, el color, la música, fueron aclarándome la primera sensación que tuve al llegar a Calí: la exuberancia y lo urbano se iban fusionando, iban hacíendo un todo", ha dicho.Un todo que terminaba los viernes en Juanchíto en que el piano del temíble Ríchíe Ray y la voz del único hombre que cantaba de pie y parecía sentado, Héctor Lavoe, se pegaban a la piel de los rumberos buenos.Así, con la certeza de que aquello que veía era una verdad para su obra, su pintura se fue llenando de color. Dejó de lado los tonos negros y rojos, y su trabajo "se fue llenando de humor", como aclara Cobo Borda. De humor y de desamor, de bailes y fiestas y verbenas: algo que ella hoy llama con humor también, "una especie de pop kitsch latíno amerícano".Quizás uno de los aspectos más interesantes de esas parejas, de esa iconografía de la salsa es lo que mantuvo en los años setenta a una generación: lo popular como materia del arte y como componente real, no ornamental en sus obras. Además, claro, de algo en que Marípaz no deja de insistir hoy en día: la presencia de lo político. De una suerte de crítica social que apareciera bajo el velamen de la obra misma, y que dijera cosas. "Celebrar la fiesta pero también ver qué había en ella", dice.

La salsa entonces, o mejor, las parejas que bailan y se entrelazan, y se vuelven un mismo cuerpo que danza una misma canción, van configurando algo que Marípaz trabajaría después en series en las que íncluiría a cantantes como Míchael Jackson o julio Iglesias, epítomes de masas. En su caso, ella va aclarando que más allá de representar se trataba de contar una historia. "Toda mi pintura se puede leer como un capítulo de mí vida. Y ahí está, para la muestra, una época llena de color, de calor en donde discutíamos y hacíamos proyectos y dibujábamos y también, claro, bailábamos".
Duró algo más de cuatro años en la ciudad. Y fue construyendo con sus contemporáneos unas telas que quedan como el inicio de algo que Antonio Caballero ha llamado "el disfraz del disfraz". Sus obras como el reflejo de algo planeado, del baile que es escenografía, de la seducción como escenario.

Como en la canción que entonaba La Lupe entonces, el teatro, el " lo tuyo es puro teatro", se convirtió en imagen de una ciudad, de una época, de una fiesta que todavía perdura a pesar de las crisis.Hoy, Marípaz, afianzada después del tiempo, sigue pintando el mismo cuadro con más dureza, "más de frente", y claro, no ha dejado de querer y sentir a Cali como la ciudad de sus amores. Y la salsa, como una de sus pasiones.

 


Amadeo Modigliani


(Livorno, 1884 - París, 1920) Pintor italiano cuya vida artística transcurrió en París, en circunstancias extremas en ocasiones, que hicieron de él una leyenda de la bohemia del París de principios de siglo. Su madre, Eugenia Garsin, fue una mujer culta y sensible que alentó al joven Modigliani a seguir su carrera de pintor. Comenzó a estudiar pintura con el pintor livornés Gugliemo Micheli. Hacia 1899 abandona los estudios para dedicarse exclusivamente a la pintura. En 1900 cayó enfermo, probablemente a causa de una lesión pulmonar producida por el tifus que había padecido dos años antes. En 1902, ya recuperado, viaja a Nápoles, Capri y Amalfi; después a Roma, Florencia y Venecia. En 1902 se inscribe en la Escuela Libre de Florencia, dirigida por Fattori. En 1903 se traslada a Venecia, donde conoce a Boccioni y Soffici.
En 1906 decide trasladarse a París, donde frecuenta la Academia Colarossi; traba amistad con Utrillo y Severini; vive en los famosos estudios del Bateau-Lavoir en Montmartre; en estos primeros momentos su obra se deja influir por Picasso, Gauguin y Toulouse-Lautrec. Al año siguiente conoce al doctor Paul Alexandre, que se convertirá en su protector, y lo convence para que se inscriba en el Salón de los Independientes.
En verano y primavera de 1909 trabaja enfermizamente en varias esculturas; el exceso de trabajo, el alcohol y la escasa alimentación minan seriamente su salud y vuelve a Livorno. En El mendigo de Livorno expresa su simpatía por los oprimidos y marginados (aunque Modigliani provenía de una familia acomodada, en París vivió como un marginado); la obra es una interpretación de un cuadro antiguo que había en su casa familiar.
Pocos meses después vuelve a París y alquila un estudio al lado de Brancusi, con quien entabla amistad. En 1910 expone con éxito seis obras en el Salón de los Independientes, entre ellas El violonchelista, donde se advierte claramente la influencia de Cézanne. Se interesa vivamente por la escultura sin abandonar la pintura; el poeta Guillaume Apollinaire le vende algunos cuadros.

Los temas de la obra de Modigliani fueron el retrato y los desnudos. Desde 1915 hasta 1920, año de su muerte, realizó su obra más significativa, constituida mayoritariamente por retratos y desnudos femeninos. Los retratos son a menudo de amigos y personajes conocidos como Max Jacobs (1916) o Jacques Lipchitz y su mujer (1917), pero frecuentemente representan a personajes anónimos como La criadita (1916). Sus múltiples desnudos femeninos,como Desnudo rojo con los brazos abiertos (1917, Kunsthaus, Zurich) rebosan una sensualidad lánguida y complacida; la línea que perfila los cuerpos es sutil, melodiosa y elegante; los ojos almendrados de los rostros dotan a las figuras de una mórbida melancolía que recuerda a Botticelli.


En ocasiones se le cita como un expresionista, pero es difícil dar ese calificativo a la finesse típica de Modigliani. El artista que más veneraba fue Cézanne, aunque nunca se interesó por representar la naturaleza; sólo pintó tres paisajes y no se conoce ninguna naturaleza muerta suya. La influencia de la vanguardia no sería determinante para la creación de su característico estilo. El canon alargado de sus figuras evidencia el gusto por el manierismo y enlaza sus personajes femeninos con las imágenes de los cuadros de Parmigianino. La estilizada geometrización de las formas denota el impacto que sobre él ejerció el descubrimiento del arte africano, que realizó gracias a su amigo Brancusi. 
La influencia del arte primitivo se manifiesta especialmente en sus esculturas. Los numerosos esbozos y dibujos preparatorios de las Cariátides se concretaron en una única escultura que realizó entre 1913 y 1914 y que se conserva en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Su práctica escultórica fue determinante para la configuración de su pintura. Entendía que el único modo de hacer escultura era tallando directamente la piedra y en muchas ocasiones se sintió más escultor que pintor. Las estatuas que han sobrevivido (unas veinticinco) no se ajustan a ninguna de las dos tendencias predominantes en la época (cubismo y futurismo); en ellas se encuentra un alto grado de sentido plástico, una solidez en las formas y una tendencia hacia el ritmo y la esquematización que también son características de su pintura.
     

Vincent Vang Gogh


(Groot-Zundert, Países Bajos, 1853 - Auvers-sur-Oise, Francia, 1890) Pintor holandés. Vincent Van Gogh era el mayor de los seis hijos de un pastor protestante, y mantuvo con su hermano Theo, cuatro años menor que él, una relación que sería determinante en su existencia y su trayectoria artística. La correspondencia que ambos intercambiaron a lo largo de toda la vida es el testimonio de la intensidad de esta relación. 
Tras recibir una esmerada educación en un internado privado, con dieciséis años entró como aprendiz en la filial de La Haya de la galería de arte parisina Goupil & Cie., fundada por su tío Vincent; allí conoció las obras de la escuela de Barbizon. 
El traslado de Van Gogh a Londres en 1873 señaló el inicio de una primera etapa creativa. Tras un rechazo amoroso, se volvió cada vez más solitario, hasta que en 1878 se vio impelido por la necesidad de entregarse a sus semejantes, y tras intentar estudiar teología, decidió satisfacer su vocación uniéndose a los mineros de la Borinage. En este período realizó una serie de dibujos de los mineros.


Hacia 1880, tras ser expulsado por su excesiva implicación, descubrió en la pintura su auténtica vocación, considerándola una vía para consolar a la humanidad. En los primeros años de la década de 1880 estudió con diversos pintores, entre los que cabe destacar a Anton Mauve. Su rápida evolución y el conocimiento de los impresionistas lo llevaron a abandonar la enseñanza académica y a reunirse con Theo en París en 1876.
Su hermano le presentó a Pissarro, Seurat y Gauguin, y esta situación coincidiría con la definición de su pintura. Su paleta se tornó definitivamente colorista y su visión, menos tradicional, dando forma a su personal visión del postimpresionismo. Su interés por el color y por la captación de la naturaleza lo indujo a trasladarse a Arles, donde su obra fue progresivamente expresando con mayor claridad sus sentimientos sobre lo representado y su propio estado mental.


Con la pretensión de crear el grupo de los «impresionistas del sur», Van Gogh alquiló una casa donde invitó a los artistas con quienes compartía intereses y en la que Gauguin pasaría dos meses. La primera crisis mental, en la que se cortó parte de la oreja izquierda, tuvo lugar en la Navidad del mismo año 1888.
En abril del año siguiente, ante el temor a perder su capacidad para trabajar, pidió ser ingresado en el hospital psiquiátrico de Saint-Rémy-de-Provence donde permaneció doce meses. Tras sufrir diversos ataques y ante la imposibilidad de salir al exterior a pintar, realizó obras relacionadas con el hospital, retratos de médicos y reinterpretaciones de obras de Rembrandt, Delacroix y Millet.

La pérdida de contacto con la realidad y una progresiva sensación de tristeza son las claves de este período en el que Van Gogh desarrolló un estilo basado en formas dinámicas y en el uso vigoroso de la línea, de lo cual resultó una pintura más intrépida y visionaria que la de Arles.
Sin conseguir superar el estado de melancolía y soledad en que se encontraba, en mayo de 1890 se trasladó a París para visitar a su hermano Theo. Por consejo de éste, viajó a Auvers-sur-Oise, donde fue sometido a un tratamiento homeopático por el doctor, y pintor aficionado, Paul-Ferdinand Gachet.

En este pequeño pueblo retrató el paisaje y sus habitantes, intentando captar su espíritu. Su estilo evolucionó formalmente hacia una pintura más expresiva y lírica, de formas imprecisas y colores más brillantes. Pese a que unos meses más tarde el doctor Gachet consideró que se encontraba plenamente curado, su estado de ánimo no mejoró debido a los sentimientos de culpa provocados por la dependencia de su hermano Theo y por su fracaso profesional. Sumido en esta situación de angustia, el 27 de julio Van Gogh se descerrajó un disparo en el pecho; murió dos días más tarde.






Pablo Picasso


(Pablo Ruiz Picasso, Málaga, 1881 - Moulins, Francia, 1973) Artista español. Hijo del también artista José Ruiz Blasco, en 1895 se trasladó con su familia a Barcelona, donde el joven pintor se rodeó de un grupo de artistas y literatos, entre los que cabe citar a los pintores Ramón Casas y Santiago Rusiñol, con quienes acostumbraba reunirse en el bar Els Quatre Gats.
Entre 1901 y 1904 Pablo Picasso alternó su residencia entre Madrid, Barcelona y París, mientras su pintura entró en la etapa denominada período azul, fuertemente influida por el simbolismo. En la primavera de 1904, Picasso decidió trasladarse definitivamente a París y establecerse en un estudio en las riberas del Sena. En la capital francesa trabó amistad, entre otros, con los poetas Guillaume Apollinaire y Max Jacob y el dramaturgo André Salmon; entre tanto, su pintura experimentó una nueva evolución, caracterizada por una paleta cromática tendente a los colores tierra y rosa. Al poco de llegar a París entró en contacto con personalidades periféricas del mundillo artístico y bohemio, como los estadounidenses Leo y Gertrude Stein, o el que sería su marchante por siempre, Daniel-Henry Kahnweiler.
Hacia finales de 1906 Pablo Picasso empezó a trabajar en una composición de gran formato que iba a cambiar el curso del arte del siglo XX: Les demoiselles d'Avignon. En esta obra cumbre confluyeron numerosas influencias, entre las que cabe citar como principales el arte africano e ibérico y elementos tomados del Greco y Cézanne. Bajo la constante influencia de este último, y en compañía de otro joven pintor, Georges Braque, Pablo Picasso se adentró en una revisión de buena parte de la herencia plástica vigente desde el Renacimiento, especialmente en el ámbito de la representación pictórica del volumen: fue el inicio del cubismo.
Señoritas de Avignon
A partir de 1909, Picasso y Braque desarrollaron dicho estilo en una primera fase denominada analítica. En 1912 introdujeron un elemento de flexibilidad en forma de recortes de papel y otros materiales directamente aplicados sobre el lienzo, técnica que denominaron collage. La admisión en el exclusivo círculo del cubismo del pintor español Juan Gris desembocó en la etapa sintética de dicho estilo, marcado por una gama cromática más rica y la multiplicidad matérica y referencial.
Entre 1915 y mediados de la década de 1920 Picasso fue abandonando los rigores del cubismo para adentrarse en una nueva etapa figurativista, en el marco de un reencuentro entre clasicismo y el creciente influjo de lo que el artista denominó sus «orígenes mediterráneos». Casado desde 1919 con la bailarina rusa Olga Koklova y padre ya de un hijo, Paulo, Pablo Picasso empezó a interesarse por la escultura a raíz de su encuentro en 1928 con el artista catalán Julio González; entre ambos introdujeron importantes innovaciones, como el empleo de hierro forjado.

En 1935 nacería una hija, Maya, de una nueva relación sentimental, Marie-Therèse, con quien Pablo Picasso convivió abiertamente a pesar de seguir casado con Olga Koklova; a partir de 1936, ambas debieron compartir al pintor con una tercera mujer, la fotógrafa Dora Maar.
El estallido de la guerra civil española lo empujó a una mayor concienciación política, fruto de la cual es una de sus obras más conocidas, el mural de gran tamaño Gernika. En 1943 conoció a Françoise Gilot, con la que tendría dos hijos, Claude y Paloma. Tres años más tarde Pablo Picasso abandonó París para instalarse en Antibes, donde incorporó la cerámica a sus soportes predilectos.

Mujer Sentada con Reloj

Cabeza de Mujer

En la década de 1950 realizó numerosas series sobre grandes obras clásicas de la pintura, que reinterpretó a modo de homenaje. En 1961 Pablo Picasso contrajo segundas nupcias con Jacqueline Roque; sería su última relación sentimental de importancia. Convertido ya en una leyenda en vida y en el epítome de la vanguardia, el artista y Jacqueline se retiraron al castillo de Vouvenargues, donde el creador continuó trabajando incansablemente hasta el día de su muerte.
Guernica
Los tres músicos
Dos muchachas leyendo

Joan Miró


(Barcelona, 1893-Palma de Mallorca, España, 1983) Pintor, escultor, grabador y ceramista español. Estudió comercio y trabajó durante dos años como dependiente en una droguería, hasta que una enfermedad le obligó a retirarse durante un largo periodo en una casa familiar en el pequeño pueblo de Mont-roig del Camp.
De regreso a Barcelona, ingresó en la Academia de Arte dirigida por Francisco Galí, en la que conoció las últimas tendencias artísticas europeas. Hasta 1919, su pintura estuvo dominada por un expresionismo formal con influencias fauvistas y cubistas, centrada en los paisajes, retratos y desnudos.



 se mismo año viajó a París y conoció a Picasso, Jacob y algunos miembros de la corriente dadaísta, como Tristan Tzara. Alternó nuevas estancias en la capital francesa con veranos en Mont-roig y su pintura empezó a evolucionar hacia una mayor definición de la forma, ahora cincelada por una fuerte luz que elimina los contrastes. En lo temático destacan los primeros atisbos de un lenguaje entre onírico y fantasmagórico, muy personal aunque de raíces populares, que marcaría toda su trayectoria posterior.
Afín a los principios del surrealismo, firmó el Manifiesto (1924) e incorporó a su obra inquietudes propias de dicho movimiento, como el jeroglífico y el signo caligráfico (El carnaval del arlequín). La otra gran influencia de la época vendría de la mano de P. Klee, del que recogería el gusto por la configuración lineal y la recreación de atmósferas etéreas y matizados campos cromáticos.
En 1928, el Museo de Arte Moderno de Nueva York adquirió dos de sus telas, lo que supuso un primer reconocimiento internacional de su obra; un año después, contrajo matrimonio con Pilar Juncosa. Durante estos años el artista se cuestionó el sentido de la pintura, conflicto que se refleja claramente en su obra. Por un lado, inició la serie de Interiores holandeses, abigarradas recreaciones de pinturas del siglo XVII caracterizadas por un retorno parcial a la figuración y una marcada tendencia hacia el preciosismo, que se mantendría en sus coloristas, juguetones y poéticos maniquíes para el Romeo y Julieta de los Ballets Rusos de Diaghilev (1929). Su pintura posterior, en cambio, huye hacia una mayor aridez, esquematismo y abstracción conceptual. Por otro lado, en sus obras escultóricas optó por el uso de material reciclado y de desecho.


La guerra civil española no hizo sino acentuar esta dicotomía entre desgarro violento (Cabeza de mujer) y evasión ensoñadora (Constelaciones), que poco a poco se fue resolviendo en favor de una renovada serenidad, animada por un retorno a la ingenuidad de la simbología mironiana tradicional (el pájaro, las estrellas, la figura femenina) que parece reflejar a su vez el retorno a una visión ingenua, feliz e impetuosa del mundo. No resultaron ajenos a esta especie de renovación espiritual sus ocasionales retiros a la isla de Mallorca, donde en 1956 construyó un estudio, en la localidad de Son Abrines.